Con el mostaza me ocurre un tanto igual que con el rojo. Son colores intensos, incluso atrevidos para según qué ocasión, a los que me une una estrecha relación amor-odio de lo más curiosa. En cualquier caso, lo que resulta evidente es que funcionan a las mil maravillas complementando el clásico black&white, ¿no os parece?
Y como ejemplo uno de mis working de hace un par de semanas, en el que vuelven a acompañarme estos blücher que últimamente me traen de cabeza ;)
¡Espero que os guste!
No hay comentarios:
Publicar un comentario