Lo primero que me han dicho mis compañeros al verme de vuelta en la oficina ha sido: "¡pero si no vienes morena!". Pues no. El sol no es lo mio (y la playa tampoco, la verdad), pero no podíamos irnos de Barcelona sin pasar al menos un día en la Barceloneta. Así que aquí me tenéis, blanca como la leche disfrutando de un día de playa en familia con almuerzo incluido en Palmito, un beach-bar desenfadado y abierto al mar.
Podría deciros que me encantó el entorno entre estanques y pasarelas de madera o su carta que, aunque pueda parecer escasa, está resuelta a las mil maravillas, pero sin duda lo mejor de nuestro paso fue el ratito tan divertido que pasamos los tres juntos. De nuestro almuerzo destacar la caprese, que nunca decepciona, o la brocheta de rape con arroz jazmín, que estaba exquisita, pero la hamburguesa de Jose... bueno, esa es que era ya para llorar... jajajaja. Así que nada, si vivís en Barcelona o tenéis la oportunidad, no dudéis en visitarlo porque de verdad merece la pena (por el ratito, por la comida, por todo).
¡Millones de besos y hasta el próximo jueves!
Podría deciros que me encantó el entorno entre estanques y pasarelas de madera o su carta que, aunque pueda parecer escasa, está resuelta a las mil maravillas, pero sin duda lo mejor de nuestro paso fue el ratito tan divertido que pasamos los tres juntos. De nuestro almuerzo destacar la caprese, que nunca decepciona, o la brocheta de rape con arroz jazmín, que estaba exquisita, pero la hamburguesa de Jose... bueno, esa es que era ya para llorar... jajajaja. Así que nada, si vivís en Barcelona o tenéis la oportunidad, no dudéis en visitarlo porque de verdad merece la pena (por el ratito, por la comida, por todo).
¡Millones de besos y hasta el próximo jueves!
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