Enclavado en una colina de 130 m en el margen derecho del Sena, Montmatre es un idílico barrio en el interior de París que ostenta con su arte, cultura y romanticismo. Motivos para calzarse unos zapatos cómodos y patearlo hay de sobra, pues el icónico Montmatre no es solo la cuna de la impresionante basílica del Sacre Coeur, sino que también ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Nosotros comenzamos nuestra aventura parisina en este elegante barrio, plagado de tiendas, panaderías y pequeños cafés de esquina. Y, aunque llegar a la cima requiere un poco de esfuerzo, caminar por sus calles adoquinadas es todo un espectáculo que nadie debería perderse.
El único y último viñedo de París acompaña nuestros pasos. Le Clos Montmartre, con jardines amurallados e hileras de viñas que descienden por la ladera de la colina, comercializa su vino a beneficio de fondos sociales para la comunidad.
Bien sea utilizando el funicular o a pie, alcanzar la cima de la colina es, bueno... la imagen habla por sí sola.
Una parada en Buvette Gastrothèque para un brunch rápido y encaminamos nuestros pasos hacia otro de los imprescindibles de París.
Pigalle es
un barrio informal, que casi pasa desapercibido de día, pero cuando
empieza a caer la noche cobra vida, convirtiéndose en uno de las zonas
más famosas de París en cuanto a ocio nocturno se refiere. Con una
reputación muy picante, es frívolo y sensual, de hecho se le conoce
como "la zona roja de París", pues está plagado de cabarets, tiendas
eróticas y clubes masculinos. Pigalle es el hogar del famosísimo
cabaret Moulin Rouge y objeto de inspiración para el mítico stiletto de
Christian Louboutin, cuya popularidad arrasa más allá de las fronteras
parisinas.
Calles pintorescas, cabarets y el aroma de los croissants en el aire cierran nuestro primer día en La Ciudad de la Luz.
Look:
Pañuelo, trench y jeans: Zara (New Collection)
Jersey: Mango (New Collection)
Botas: Zara Kids (New Collection)
Bolso y guantes: Zara (OI 14/15)
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