06:55 horas. Suena el despertador y me desperezo aún sumergida entre las sábanas, propinándole el enésimo codazo de la noche al pobre Jose... "Joder mama...".
Un pie, luego el otro y mientras me arrastro cual zombie hasta el lavabo, caigo en la cuenta de que anoche me quedé dormida antes de prepararme la ropa para hoy (genial). Así, me lavo la cara con los cubitos de hielo que parecen salir por el grifo y voy repasando mentalmente el armario en busca de miworking casual outfit de martes. "¿Tacones? Pufff... ni de coña. Mejor las botas y, si puede ser, con dos pares de calcetines que ayer en la obra casi muero de hipotermia" - (¿Exagerada yo?)
Me maquillo en 10 minutos, tal vez algo menos, y cuando llega el momento de enchufar la plancha me puede la pereza, que queréis que os diga. Y eso que desde que me corté la melena hace ya algo más de un año el tiempo que invierto frente al espejo no es, ni de lejos, lo que era antes pero, no sé, no me apetece y punto. "Una coleta alta, sí. Pero... ¿y estos pelos tiesos sobre las orejas? Qué va. Así no. Mejor baja." - Tic, tac, tic, tac, tic, tac... - "Tal vez si me recojo el flequillo. ¡Upssss! No, no. Así desde luego tampoco. Pues nada, así mismo y ya está. Total, para quien te va a ver hoy Arantxa..."
Un intento de moño es el resultado y con menos espíritu que el de una golosina, desciendo las escaleras de casa siguiendo el rastro de las gachas de avena que Jose devora en la cocina que, al sentirme bajar, se gira, me mira y me pregunta:
"¿Hoy hay fotos?"
(¿Bromeas?)
"Pues no, ¿por?"
"Porque estás muy guapa. Te queda muy bien "eso" que te has hecho."
"¿Eink?"
Hombres... Bajo sin tacones, ¡sin peinar! y, ¿estoy muy guapa? Desde luego no hay quien los entienda... Aunque, ¿sabéis qué? Llevo toda la semana haciéndome el moño cada mañana.
Jajajajaja.
¡Feliz lunes!
Un pie, luego el otro y mientras me arrastro cual zombie hasta el lavabo, caigo en la cuenta de que anoche me quedé dormida antes de prepararme la ropa para hoy (genial). Así, me lavo la cara con los cubitos de hielo que parecen salir por el grifo y voy repasando mentalmente el armario en busca de mi
Me maquillo en 10 minutos, tal vez algo menos, y cuando llega el momento de enchufar la plancha me puede la pereza, que queréis que os diga. Y eso que desde que me corté la melena hace ya algo más de un año el tiempo que invierto frente al espejo no es, ni de lejos, lo que era antes pero, no sé, no me apetece y punto. "Una coleta alta, sí. Pero... ¿y estos pelos tiesos sobre las orejas? Qué va. Así no. Mejor baja." - Tic, tac, tic, tac, tic, tac... - "Tal vez si me recojo el flequillo. ¡Upssss! No, no. Así desde luego tampoco. Pues nada, así mismo y ya está. Total, para quien te va a ver hoy Arantxa..."
Un intento de moño es el resultado y con menos espíritu que el de una golosina, desciendo las escaleras de casa siguiendo el rastro de las gachas de avena que Jose devora en la cocina que, al sentirme bajar, se gira, me mira y me pregunta:
"¿Hoy hay fotos?"
(¿Bromeas?)
"Pues no, ¿por?"
"Porque estás muy guapa. Te queda muy bien "eso" que te has hecho."
"¿Eink?"
Hombres... Bajo sin tacones, ¡sin peinar! y, ¿estoy muy guapa? Desde luego no hay quien los entienda... Aunque, ¿sabéis qué? Llevo toda la semana haciéndome el moño cada mañana.
Jajajajaja.
¡Feliz lunes!
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