"Mamá, me gusta mucho estar de vacaciones en el hotel trivago", me susurras al oído mientras de regalo consigo uno de esos abrazos tuyos que hacen que se me derrita hasta el alma, y así, acto seguido, agarras de la mano a tu papi, que camina distraído junto a nosotros...
Pocos son los momentos en los que podemos disfrutar juntos los tres y tal vez por eso se vuelven más mágicos si cabe. Porque así, cuando el tiempo juega a nuestro favor, dejando a un lado todos los problemas y los infinitos quehaceres de nuestro día a día, cuando podemos disfrutar de ti sin que el teléfono nos interrumpa, o mamá esté ocupada haciendo la comida y papá planchando el montón de ropa de la última colada, la vida parece detenerse.
Ojalá pudiera decirte lo orgullosa que estoy de ti cariño. Ojalá pudieses sentarte en tu silla negra, esta que tanto te gusta ver girar y girar, y leer lo mucho, muchísimo que te quieren papá y mamá. Y ahora que duermes, parece que te estoy viendo aquí, sentadito y con los pies colgando, aporreando con tus pequeños deditos el teclado del ordenador mientras "trabajas como mamá".
Momentos fugaces, sí, instantes que parecen insignificantes, pero que llenan de luz hasta el más oscuro de mis días.
Por eso y por todo, gracias por esta semana, gracias por los juegos, gracias por las risas, gracias a los dos.
Os quiere:
Mamá.
Pocos son los momentos en los que podemos disfrutar juntos los tres y tal vez por eso se vuelven más mágicos si cabe. Porque así, cuando el tiempo juega a nuestro favor, dejando a un lado todos los problemas y los infinitos quehaceres de nuestro día a día, cuando podemos disfrutar de ti sin que el teléfono nos interrumpa, o mamá esté ocupada haciendo la comida y papá planchando el montón de ropa de la última colada, la vida parece detenerse.
Ojalá pudiera decirte lo orgullosa que estoy de ti cariño. Ojalá pudieses sentarte en tu silla negra, esta que tanto te gusta ver girar y girar, y leer lo mucho, muchísimo que te quieren papá y mamá. Y ahora que duermes, parece que te estoy viendo aquí, sentadito y con los pies colgando, aporreando con tus pequeños deditos el teclado del ordenador mientras "trabajas como mamá".
Momentos fugaces, sí, instantes que parecen insignificantes, pero que llenan de luz hasta el más oscuro de mis días.
Por eso y por todo, gracias por esta semana, gracias por los juegos, gracias por las risas, gracias a los dos.
Os quiere:
Mamá.
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