Y ahora que la tengo me pregunto como habré podido pasar tantos años sin ella... Porque últimamente me la pongo con todo: al cuello, a la cintura, incluso como diadema y acompañada de un labial rojo me basta y me sobra para que mis looks tengan ese "no se qué" del que tanto os hablo. Y es que, a veces, algo tan simple como un pañuelo se convierte en la prenda fetiche de nuestro armario, ¿verdad? Al menos mientras llegue la próxima y la relegue al olvido, en el más oscuro de los rincones del armario... jajaja (y no me digáis que no os pasa).
Espero, como siempre, que os guste. Mil gracias por cada una de vuestras visitas y comentarios y nos leemos el próximo jueves, ¿ok?
¡Muack! ¡Muack! ¡Muack!
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