A veces, especialmente cuando tengo algo de tiempo para pararme a pensar en ello, me resulta increíble lo rápido que se me pasan los meses... Porque estamos a las puertas del mes de mayo, sí, y parece que fue ayer cuando os estaba deseando un feliz año nuevo... Recuerdo que cuando era niña cada día me resultaba un mundo. Los veranos, por ejemplo, me parecían interminables (o al menos eso es lo que yo recuerdo de entonces), por no hablar de un viaje en coche... Cuántas veces habremos preguntado eso de "¿falta mucho papá?" Pero a medida que nos hacemos mayores nos da la impresión de que los días vuelan y un verano pasa apenas en un suspiro, ¿verdad?
Dicen que cuando nos hacemos mayores nuestra percepción del tiempo se acelera y, no quisiera parecer alarmista, pero es algo que va irremediablemente ligado al hecho de envejecer... Porque me guste o no, los míos ya son 30 y Alex va camino de los 5 - eso por no hablar de Jose, que está con un pie en la cuarentena - sorry bombón ;)
Mi niño se hace mayor, sí, y seguramente sea eso lo que más me escuece...
P.D. Hay días en los que me levanto demasiado filosófica. No me lo toméis en cuenta.
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