21 nov 2016

VANESA & MIGUEL

weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look
weeding look


Tengo en la cabeza hablaros hoy de tantas cosas que, la verdad, no sé ni por dónde empezar. Supongo que lo más lógico es que comience dando de nuevo mi más sincera enhorabuena a los novios, dos personitas a las que conocemos desde hace relativamente poco pero que se han convertido ya en grandes amigos, tanto para mí como para Jose y el pequeño Alex. 
Vanesa y Miguel, Miguel y Vanesa: se que somos muy pesados, sí, pero no puedo publicar este post sin daros una vez más las gracias por compartir con nosotros el que ha sido y será uno de los días más importantes de vuestra vida. 

De verdad que sobran las palabras, ¡sois sencillamente increíbles!

En cuanto al look, he de confesaros que cuando la novia me dijo que el enlace se celebraría en Noviembre en mi cabeza saltaron todas las alarmas habidas y por haber. Porque queridas, queridos, he asistido (como todos) a infinidad de eventos del tipo BBC, pero nunca antes me había encontrado ante semejante desafío "bodil"... ¿Y si hace frío? ¿Y si hace calor? - es Sevilla - ¿Y si llueve? ¿Y si justamente ese día cae el diluvio universal y tenemos que salir a remo por el Guadalquivir? ¡Dios Santo, qué locura! No os imagináis lo que envidio en estos casos las pocas alternativas que tienen los hombres en cuestión de indumentaria...
Así y envuelta en un mar infinito de dudas, me puse manos a la obra sumergida en la blogsfera, en busca de inspiración para mi look de "invitada perfecta" (perfecta en cualquiera de las circunstancias anteriormente descritas, claro).
Por eso, cuando supe que la opción vestido quedaba desestimada y por tanto, tachada de mi lista de "alternativas comodín ante cualquier inclemencia climatológica", no me quedó más remedio que encaminar mi búsqueda hacia nuevos horizontes y, voilá, allí estaban estos palazzo de la firma Apparentia haciéndome ojitos desde su web. Y me enamoré, sí, porque todo en ellos me pareció ideal: su caída, su talle alto, su color y esa cintura tan especial y preciosa.
Aunque ahora el desafío estaba en dar personalidad al conjunto, porque una blusa blanca y un palazzo, por muy mono que este sea (que lo es), me resultaba un poco, bastante insulso. Así y casi de casualidad, me topé con la encantadora Vanessa de Miss Daisy Atelier. Y hablamos durante semanas, sí, cambiando de canotier a tocado, a pamela, a ala ancha, a ala estrecha (lo siento Vanessa), pero con toda la paciencia y dedicación del mundo encontré una profesional como la copa de un pino que supo plasmar mi carácter en un complemento maravilloso, un accesorio que es, sin lugar a dudas, la pieza protagonista de mi look.
Así y con una increíble pamela tipo saucer en tonos rosa y berenjena, me planté en la boda de mis dos grandes amigos, con unos acompañantes que, mal está que yo lo diga, pero fueron, como diría mi madre, la expectación del evento.

#joseyminijose

Jajajaja

Espero, como siempre, que os guste. Mil gracias por cada una de vuestras visitas y comentarios y, como no, ¡que vivan los novios!

¡Muack!






No hay comentarios:

Publicar un comentario